Las empresas y mercados siguen recuperándose del fuerte sismo económico que ha significado la pandemia, y aunque el panorama es más alentador este 2022, aún hay poco flujo de efectivo y poco acceso al crédito, entre otras condiciones que seguirán enfrentando las empresas.
Particularmente, las pymes, que son una parte vital de nuestra economía, han resentido más los efectos de la crisis sanitaria. De hecho, según datos publicados por el INEGI, de los casi 5 millones de que había antes de la pandemia, sobrevivieron menos de 4 millones.
Este año las pymes, sin importar su tamaño, deberán buscar tener una mejor gestión y control financiero, obtener deducciones y apoyos fiscales, y modernizarse tecnológicamente para continuar su operación.
Aquí algunos puntos clave y estrategias para solventarlos:
Obtener el financiamiento adecuado
Conseguir un financiamiento productivo para procurar su desarrollo, suele ser un reto para las pymes, que se ha complicado más con la situación actual. Pero, además, tiene que ser el correcto. Para ello, se debe evitar, de inicio, que sean préstamos personales: un préstamo empresarial brindará mejores soluciones.
Por otro lado, deben considerar que no solo los bancos pueden otorgar préstamos. Conviene considerar inversionistas de iniciativa privada u otras alternativas viables para pequeñas empresas, como el factoraje, el crowdfunding o las plataformas de inversores.
Además, para conseguirlo, el primer paso debe ser realizar un planteamiento realista y bien documentado de ingresos, ganancias e inversiones. Posteriormente, conviene diseñar un plan de financiamiento a partir de los ingresos y egresos actuales del negocio. Por último, no hay que olvidar que contar con un fondo de emergencia es un paracaídas indispensable para la salud financiera de una empresa.
Conseguir o reforzar su presencia digital
Actualmente es ya una necesidad para consolidar los negocios y un factor clave a la hora de conseguir clientes o multiplicar los actuales. Sin embargo, la mitad de las pymes en México aún no tiene siquiera un sitio web.
Las empresas que tardan en comprender que tener cuentas en redes sociales no es suficiente, se irán quedando atrás. Lo mejor es contar un sitio web propio y con un dominio apropiado, y luego, ir más allá para hacerlo crecer, implementando una estrategia inbound marketing que atraiga visitantes y sirva como herramienta para convertir esos visitantes en clientes.
Crecer sin sacrificar calidad
Lograr un balance entre crecimiento y calidad, mientras se intenta hacer escalable un negocio, no es fácil. El negocio debe mantenerse funcionando y con mucha probabilidad surgirán problemas en la producción, el servicio, el marketing, etc.
Pero crecer como sea o a costa de lo que sea, no es una buena estrategia. Tampoco lo es hacerlo demasiado rápido, pues al aumentar las necesidades de contratación de personal, los miembros experimentados pueden saturarse, ya que lleva tiempo capacitar a los nuevos empleados, y si la gente no está bien entrenada resultará perjudicial.
Lo más recomendable, sin embargo, es no obsesionarse por cada detalle, sino enfocarse en los aspectos más importantes, por ejemplo, la atención a clientes, ahí sí que valen la pena todos los esfuerzos que se puedan hacer. Pero, para seguir avanzando, por ejemplo, es mejor lanzar un producto, aunque no sea perfecto, pues siempre se puede mejorarlo. Además, es más fácil aprender de la retroalimentación de tus clientes una vez que lo han probado.
El escenario es retador, pero la iniciativa privada ya está generando nuevas alternativas para que la economía siga reactivándose, y con una mejor administración y control, las empresas podrán empezar a recuperar terreno.
Deberán, de cualquier modo, reinventarse y adaptarse rápidamente a los cambios que ya estamos viviendo para tener mayores posibilidades de éxito.
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